Aydin se escapó por primera vez del laboratorio del mar Negro donde permanecía encerrada en febrero de 1992. Pese a los esfuerzos de los pescadores de Gerze para que la dejaran quedarse con ellos y los de los ecologistas británicos, reclamando su libertad, fue devuelta a sus propietarios por imposición legal, no sin antes ser noticia en el mundo entero. Una nueva forma de gritar a ese mundo que la libertad es un derecho de todo ser vivo nació con ella. Y Aydin se convirtió en un símbolo. Un año después, en la primavera de 1993, la ballena blanca volvió a escaparse y regresó con los pescadores de Gerze. Volvió a casa. Ese mundo que ya había empezado a olvidarla, recordó de nuevo algo que unos, por comodida, se empeñan en ignorar, y otros, por imposición, no tienen. Ninguna cadena puede impedir la voluntad de ser libre ni la libertad del corazón, los sentimientos y el amor por la vida. Ninguna red o muro ha resistido jamás tanto como la voluntad de romperla o derribarlo. Pero se siguen levantando muros, poniendo redes, marcando líneas en los mapa. martes, 26 de febrero de 2013
Aydin
Aydin se escapó por primera vez del laboratorio del mar Negro donde permanecía encerrada en febrero de 1992. Pese a los esfuerzos de los pescadores de Gerze para que la dejaran quedarse con ellos y los de los ecologistas británicos, reclamando su libertad, fue devuelta a sus propietarios por imposición legal, no sin antes ser noticia en el mundo entero. Una nueva forma de gritar a ese mundo que la libertad es un derecho de todo ser vivo nació con ella. Y Aydin se convirtió en un símbolo. Un año después, en la primavera de 1993, la ballena blanca volvió a escaparse y regresó con los pescadores de Gerze. Volvió a casa. Ese mundo que ya había empezado a olvidarla, recordó de nuevo algo que unos, por comodida, se empeñan en ignorar, y otros, por imposición, no tienen. Ninguna cadena puede impedir la voluntad de ser libre ni la libertad del corazón, los sentimientos y el amor por la vida. Ninguna red o muro ha resistido jamás tanto como la voluntad de romperla o derribarlo. Pero se siguen levantando muros, poniendo redes, marcando líneas en los mapa.
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